“More me regala 200” me dijo un pelado con tono de ñero en una de las esquinas por las que pasaba mientras me dirigía en compañía de un tigre que me mostraría su hábitat, bueno, ese tigre en realidad es Leonardo, un compañero de la U, por lo de Leo y debido a la confianza que le tengo yo le llamo así. Caminamos tres cuadras después del parque principal de Rionegro, nos dirigíamos hacia el Alto del Medio, barrio en el que Leo ha vivido durante toda su vida, allí me llamaron la atención –e igualmente me generaron algo de temor- unos mansitos que estaban sentados en una acera de la primera esquina que cruzamos, fumando cigarrillo, con pantalones anchos y escuchando reggaetón en un radio Sony, uno de ellos fue quien me pidió la monedita, yo hice un leve movimiento con mi cabeza diciendo que no mientras ponía más cara de serio de la que tengo.
El cuadro de escenas que le siguieron al resto de calles fue el de niños gritando y jugando a balón, una muchacha hablando por celular afuera de una casa donde se leía en la puerta “minutos a 150”, un señor sentado en la entrada de su residencia escuchando en una grabadora gangosa algo sobre la palabra de Dios en no sé qué capitulo de Lucas mientras más adelante en otra de la casas se escuchaba “Marleny pásame la o… oooooolimpica”, contestó la oyente de la emisora que sintonizaban allí, que a propósito estaba con un volumen más bien alto; y así sucesivamente, la algarabía de los vecinos del sector era el factor común en ciertas cuadras del barrio, al igual que en cada esquina encontrar pelados -algunos bien pero la mayoría mal vestidos, sucios y desarreglados-, en compañía incluso de mujeres (una de ellas embarazada) que charlaban con aquellos fulanos que departían en las aceras.
Con razón le dicen a esto el Alto del Miedo, pensaba dentro de mí al observar la cara de “valijas” de aquellos personajes, “parce pero a mí nunca me ha pasado nada por aquí, igual ya lo conocen a uno” me decía Leo ante mi comentario del ambiente pesado que se respira en el lugar, y es que precisamente este sector es conocido por ser uno de los mas “calientes” de Rionegro pues en la época de violencia que se desató en el municipio uno de los focos donde más se observaba esta problemática era este barrio y por eso lo de su fama y lo de su apodo. Y aunque los mal llamados desechables y los jibaros se sigan viendo pos sus calles, el lugar tampoco es intransitable, además la presencia de las autoridades en un CAI cercano ha ayudado a que el orden público en el Alto del Medio se restablezca, claro que transitan con más miedo que yo –pienso-, pues mientras estuve en el sitio pasaron varios agentes en sus motos como alma que lleva el diablo; el sector no parece ser la caldera de delincuencia que muchos piensan cuando les hablan del lugar a juzgar por lo que dice mi compañero, y por experiencia propia, por lo menos yo salí sano y salvo, sin embargo como reza una vieja y tradicional sentencia: “cría fama y échate a dormir”…
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