Generalidades sobre los ejercicios de escritura

La expresión como un acto intencionado del profesional en comunicación estará acompañado de manera práctica por una serie de escritos personales de cada participante, mediante los cuales podrá hacer auto seguimiento y corrección a la manera en que articula, evidencia y sobre todo afina las intencionalidades comunicativas en su apropiación del área de estudio la Comunicación Social - Periodismo.

Disfrute mediante este espacio de formación colectiva y colaborativa, de contar eso que no se ha contado, o que se ha contado pero con una intencionalidad contraria a los sentires, vivencias y necesidades de sus municipios, regiones o experiencias oculares de vida. Este es un primer espacio para dar a conocer lo que usted ES, PIENSA y PROYECTA como profesional y como ser humano.

Lea bien las instrucciones y téngalas a la mano antes de proceder.

  1. Si aún no ha sido invitado escriba un correo electrónico a: leparticipo@gmail.com solicitando ser invitado.
  2. Una vez reciba en su correo electrónico la invitación, de click en el enlace: Para participar en este blog, visita: http://www.blogger.com/i.g?inviteID=...
  3. Al dar clik en el enlace debe abrirse la ventana del blogger con las opciones de crear cuenta, si aún no tienen una en gmail, o entrar nombre de usuario y contraseña de la cuenta personal que tenía o recién abrió en gmail. Rellene los campos y de ACEPTAR INVITACIÓN destacada en azul al final del cuadro.
  4. Con esto ingresa al blog cuya aceptación evidenciará por que en la parte superior aparece su correo personal. Allí de clic en Ver blog en la parte del Panel Administrar tu blog.
  5. Aparecerá entonces la primera pagina del blog LE COMUNICO y a la derecha su nombre junto al de las otras personas del grupo. Significa que ya esta habilitado (a) para subir sus textos. Para PUBLICAR SUS TEXTOS
  6. Primero digítelos en Word. –recuerde ponerles titulo-. Cada texto debe tener como mínimo entre 450 y 500 palabras, es decir una hoja tamaño carta en Arial o Times 12 a un espacio. Una vez listos cópielos (ctrl. + C) y llevelos a WordPad o el Bloc de notas -esto evitara que se deforme al pasarlo al blog-, de nuevo copielo y vaya al blog.
  7. Haga clic en la parte superior derecha NUEVA ENTRADA
  8. Allí en el espacio grande en blanco vacíe el texto copiado del WordPad o del Bloc de notas (ctrl. + V) – puede darle características como en Word con la barra superior del cuadro-. Además recuerde colocar el TITULO en el cajón superior. Agregue ademas, una foto, tomada por usted, que refuerce la intención comunicativa (así aprovecha mostras sus avances de expresion en la materia Fotografia. Coloque su nombre y la región y finalice con PUBLICAR ENTRADA destacado en rojo en la parte inferior.
  9. Listo ya con estos pasos ha publicado su texto, y lo que sigue es invitar a las personas de su organización, sector o grupos a que le lean y le hagan sugerencias colaborativas para el proceso de formación profesional.

jueves, 19 de noviembre de 2009

TEJIENDO UN SUEÑO



Mi abuela, la que nunca conocí, se la carcomió el cáncer antes de mis 7 años, ente camándulas matutinas y nocturnas, disipaba el dolor de su postración; la verdad no tengo ningún recuerdo junto a ella. Papá me confesó, tras mi insistente interrogatorio que no había conocido a su madre, porque ella murió cuando el no caminaba aún y que sería la única vez que tocaríamos el tema. Así pasé mi niñez, envidiando a todos los niños que si tenían abuelita, sintiendo el vacío de la ternura de una viejita como la que tenía María Jesús mi compañera de grado tercero, que le tejía gorritos de colores y le preparaba postres y lo mejor del mundo: le contaba cuentos. Creo que fue la vida la que se las arregló para que yo tuviera en mi adolescencia mi abuela. Sí, cuando ya ni l esperaba, llegó Rosita, con 60 años a cuestas y con la soledad suficiente para que yo, me convirtiera en su hija, en su nieta adoptada; no precisamente de manera protocolaria, sino en la práctica de muchas tardes alrededor de conversaciones amenas en complicidad de un café con leche. No era compresible para mis familiares ni para mis compañeras de bachillerato, que no dejara pasar un día sin verla, sin agradecer el haberla encontrado. La dulzura de sus manos, hermoseaba cuanto había en su casa, las plantas que sembraba, eran un testimonio de ello y yo misma, no era igual desde que la frecuentaba. ¡Siéntese mijita, vamos a rezar!, hasta ese llamado disfrutaba. Un día, acordamos en que me enseñaría a tejer con la técnica del tejido jersey. Conseguí entonces la aguja nro. 2, los cinco conos de lana delgada de colores surtidos y el cuaderno para tomar nota de sus instrucciones. Un mes después, tenía en mi mesa de noche, una carpeta conformada por 196 cuadritos de un medida aproximada de 6 x 6 cm. Como todas las abuelas, Rosita también me dejó, con el corazón tejido de esperanza y con lanas que nunca más enlacé, hasta el punto de olvidar lo que mi viejita me enseñó, lo peor de todo, un día cualquiera mi preciado bordado desapareció.
La semana pasada, me aventuré a visitar en una vereda muy alejada del pueblo a tía Esther, con motivo su cumpleaños nro. 85, la misma edad que tendría mi Rosita si…¡Oh sorpresa!, mi carpeta, exhibida como una reliquia en una pared de la sala. Tía, felicidades, que los cumplas feliz (…) y, perdóname que no me aguanto por preguntarte, ¿Cierto que esa carpetica es la mía?, si querida y si aun la quieres puedes llevártela. Me recosté en la mecedora, con la mirada fija en mi tejido, luego, me apresuraba a subir los siete kilómetros que me alejaban de la vía pavimentada; tras caminar media hora, me senté al borde del camino y me quedé dormida, en el sueño, apareció una avalancha de lodo, que me arrastraba hasta un hoyo, gritaba a fuerte voz, Rosita, Rosita, cómo salgo de aquíí; tranquilízate primero y luego saca de la mochila las cinco lanas y la aguja. Pero como así, necesito que me salves, no que me enseñes a tejer; hijita si eres capaz de hacer sólo un cuadrito de la carpeta que aprendiste, te sacaré de aquí. Rebusqué en ese archivo de 15 años atrás y nada. No por Dios abuela, lo olvidé. La vi alejarse mientras me miraba llena de tristeza y diciéndome algo que no le entendí. La lana roja, comenzó a desenrollarse y a extenderse a través de la espesa capa; en la cima, la voz de mi abuela me llamaba enérgicamente: Sube, sube mijita. Me llené de alegría y tomé la lana que ahora lucía más gruesa, pero cuando había subido unos cuantos metros a través del hoyo, mis manos resbalaron hasta la punta de la lana y caí. Desperté llorando, pero aún seguía en mi sueño, buscando el camino, buscando a Rosita. Fue la Tía, la que con un par de enérgicas mecidas de la silla me rescató de la pesadilla de no poder despertar. Mientras tomaba el tinto que me preparó, le pregunté si ella había aprendido a tejer; su respuesta afirmativa, fue el comienzo para recordar el proceso de tejido de punto jersey. El punto cero, es encontrarse una abuelita propia o prestada con maestría en paciencia y en tejido. Lo primero es tomar el ovillo de lana, y sacra lana en un largo aproximado como para el número de puntos que deseo tejer. Esto se aprende con la práctica, así que lo más recomendable, es el ensayo y error, que tengas paciencia y hacer puntos hasta lograr el largo deseado. Para comenzar, se hace un nudo de lana en la aguja que está debajo del brazo izquierdo, este es el primer punto. Con mi nudo ya hecho y llena de ansiedad le pido que continúe. Luego, se pasa la aguja vacía por dentro de ese primer punto de modo que asome un par de centímetros sobre él. Después, se hace un lazo con la lana en torno a esta aguja, desde abajo hacia arriba. Se sujeta con firmeza la lana, y se saca la aguja del primer punto, de modo que se lleve con ella el segundo lazo que acabamos de pasar. Ahora, pase el punto de la aguja de la derecha, hacia la de la izquierda, para que queden juntos, ya tenemos dos puntos. Para los siguientes, se repite la operación, hasta completar el número deseado. Así se habrá completado la primera carrera.
Para la segunda carrera, se procede de igual manera que la anterior, pero con los lazos pasados por encima de la aguja, de modo que el punto vaya quedando con la misma lazada para cada lado.
La tercera carrera, se repiten las lazadas por debajo de la aguja, vemos entonces que se forma el punto, y quedan con los mismos lazos en cada lado. De lo contrario, quedarían alternados una carrera para cada lado.
Ahora ya tienes el punto elemental para comenzar a aprender a tejer. Con este punto simple, puedes confeccionar bufandas, mantas, y otras piezas lisas. Por ùltimo, se debe practicar con afecto y agradecimiento , sabiendo que así se tejen los más grandes sueños de la humanidad.
Con mi primera clase recordatoria, me dedico al tejido diariamente en compañìa del recuerdo de Rosita.

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