La imagen siempre es la misma, ella y yo bajo las manos de la luna, mis penosos labios tragan valor con sabor a saliva, la tembladera de mis pies se vuelve gradualmente mas intensa, entre cada respiro yo la encuentro mas bella y sin pensarlo dos veces le leo mentalmente el acta que lleva por título "Tu y yo en un futuro cercano" mi corazón quiere que apruebes el tratado, mi mano esta lista para tu negación, mi mente esta ansiosa por saber la respuesta aunque en su interior se inclina por creer que dirás "no". Esa negación, esa maldita negación que te obliga a llorar cuando nadie te ve, te invita a ocultarte en medio del closet, te da el fuego para quemar aquellos sonetos románticos de Arjona y Neruda, fue el acuerdo al que decidiste llegar. La falsedad de la frase "sigamos como amigos" se evidencia en nuestras caras al momento en que todo en mi cuerpo sigue igual, mis labios siguen tragando valor, mis pies siguen en terremoto de Dios sabrá que magnitud y en que escala, entre respiro y respiro eres mas hermosa y esas mariposas siguen haciendo caso omiso a la orden de desalojo, todo sigue igual salvo por una cosa, en el inicio de esta odisea los colores se vestían con las mejores prendas, ahora los colores olvidaron sus prendas y recordaron que en el fondo del cajón tienen un uniforme común, como no quieren estar desnudos decidieron vestirse de blanco y negro, la ilusión y la desilusión son iguales salvo por la tonalidad de colores.
"Cheskpy’ despierta" me grita mi mejor amiga cuando ve la lagrima roja que brota de mi mano, "parece que le gustas pero esta confundida" me susurra al oído justo antes de que los 912 recuerdos vuelvan a ser 911, tranquilidad cae de esas frases, la necesaria para lavarme las manos pero no la suficiente como para mojarme todo el cuerpo, una cosa si me queda clara y es que aun no la he perdido, aun es mi amiga con posibilidades de subir de rango, sólo que con las frases de mi mejor amiga el recuerdo 912 se digna únicamente a dormir hasta el momento en que la vuelva a ver o hasta el momento donde los colores decidan cambiar su tonalidad y las memorias pasen de soñadas a ser realidad.
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