Ring, ring, ring, era el teléfono con estridente sonido, hacia poco el gallo había anunciado con su canto un nuevo día. Aún era muy temprano, y dormía plácidamente, entre sueños y hadas, pero lastimosamente sin anunciarlo, una suave voz detrás del teléfono me despertó y me dejó un poco exaltada, robó mi calma y quimeras. No era la voz esperada, la que quería escuchar, la tan anhelada y deseada voz, creadora de sensaciones y emociones.
Un pequeño y suave rayo de luz entró por mi ventana, y después de esta interrupción, acompaño mis pensamientos hasta tu almohada, no necesitaba estar allí contigo, ya eras el dueño de estos pensamientos creados por la magia.
Sin saber por qué, empecé a sentir unos pequeños habitantes alados y coloridos en lo más profundo de mis entrañas, por mi mente pasaban las mil y un imágenes que conforman nuestra historia, los recuerdos y las sensaciones se apoderaron de la escena de la cual yo era la protagonista. La saliva se tornaba densa y difícil de digerir, un taco en el pecho cortaba mi respiración sin quererlo, las palabras que salían de mi boca parecían inconclusas, incoherentes, la voz se quebraba, el sonido se dispersaba por la habitación, parecía que nadie me escuchaba.
El corazón palpitaba más rápido, más fuerte, tan intensamente que parecía que quisiera abandonar el lugar que le corresponde en el cuerpo, las manos húmedas, frías, tan frías como el hielo, temblorosas y pálidas, y mi cuerpo como electrizado, esperando escuchar una palabra, un susurro.
Mis piernas parecían derretirse con el vaivén de la incertidumbre, te sentía lejos, más lejos que nunca, aún sabiendo que no ocupabas un lugar en este espacio habitado por mis miedos y mis angustias. Quise correr y alcanzar la cima, llegar allá arriba y ver desde lejos tu ojos brillar, porque los míos se encontraban llenos de lagrimas, opacados por la tristeza no podía ver la ilusión que había tras de ti.
Sigo esperando escuchar detrás de ese ring, ring, ring del teléfono, la voz de ese ser que ha causado tantas sensaciones en mí, creando momentos llenos de alegría, pintándolos de colores brillantes, dándole alas a los pensamientos y anhelos, reforzando con optimismo las situaciones difíciles, aquel que logra robarme sonrisas, lagrimas, miradas, pensamientos, haciéndome mejor persona, aquel que se ha robado los suspiros y generado los sueños que jamás pude imaginar.
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