No podía creer que una persona tan especial como tú me dijera con esas palabras tantas cosas injustas e inciertas, palabras que acabaron con mi paz interior, llevándome a un lugar desierto donde lo único que hay es arena… arena infructífera y estéril que le falta lo más importante… el agua, eso eres tú en mi vida, agua que produce y da vida, esa que ya no está, se fue, te la llevaste el día que decidiste irte sin darme la opción de defenderme.
Ahora solo me toca esperar, como el verano a la brisa o la noche al día, dice la canción, condenado al igual que la familia Buendía a vivir cien años de soledad (si no vuelves) porque no quisiste escucharme.
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