Al fin recibí la gran noticia: "Ya nació el bebé"… ¿como?, ¿ya nació? Aún recuerdo mi reacción y sonrío, es una de las pocas veces que sentí una alegría tan inmensa y desbordante.
Miguel Ángel no es mi hijo, pero si lleva mi sangre; este hermoso angelito llego a llenar la existencia de seis adultos que habíamos olvidado lo sublime de la ternura y la inocencia, llego a alegrar nuestras vidas, a cambiarlas.
Cuando ves a este pequeño personaje, sólo puedes sonreír; inspira ternura, sientes que debes cuidarlo, protegerlo. Su cuerpecito gordito y frágil le da la apariencia de ser un muñeco relleno de chocolate, sus manitos tienen huequitos y quieres morderlas ya que parecen gomitas, su carita… es lo que más me gusta, sus enormes ojos siempre están alerta y dan la impresión que a pesar de su corta edad está abierto al mundo, todo lo quiere ver y tocar, sus gestos son graciosos y conmovedores; si tiene susto quieres abrazarlo fuerte para que no llore y si sonríe quieres apretarle fuerte sus abultados y comprimidos cachetes que parecen empacados al vacío. Gracias a su corta edad sólo tiene dos diminutos dientes en la parte inferior de su boquita y parece una pequeña ratica cada vez que come de sus adorados chitos, por eso yo lo llamo El Ratón Miguelito.
Es curioso, por no decir que muy metido; como aún no camina si quiere algo de ti, te persigue por toda la casa gateando hasta que le prestas atención, te alza los bracitos para que lo cargues y consigue lo que quiere, él sabe como manipular; muchos de sus aspectos físicos hacen que Miguelito sea querido por los adultos; pero a pesar de su corta edad tiene unos pequeños rasgos de su personalidad un poco definidos que lo hacen más lindo y digno de admirar.
Es muy paciente y su llanto sólo lo escuchas si esta enfermo, aunque no todo es color de rosa; su paciencia está acompañada de una inquietud permanente que caracteriza a todos los pequeños de su edad, claro que a el lo dotaron con el doble; esto hace que en ocasiones mantenerlo quieto o sin que se golpee sea un desafío. Ama los teléfonos y los sonidos, lo que quiere decir que no puedes llamar a su casa ya que el teléfono siempre está descolgado gracias a este pequeño inquieto.
Estar a su lado es una gran aventura, es satisfactorio ver como sus pequeños logros se convierten en un gran aprendizaje y como poco a poco crece, comprende más y se hace aún más inteligente… es lindo recuperar y tener en tu vida un lado de pureza, ternura y sólo sentimientos buenos cuando tienes a esa personita cerca.
¡Te quiero mi angelito hermoso!
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