una situación inesperada

Era 17 de julio de 1998, día en que se inicia un largo y pesado viaje, el cual solíamos hacer una vez al mes en compañía de toda mi familia. Nos dirigíamos al municipio de heliconia a visitar a una de mis tías, todo marchaba perfectamente, no faltaba el chiste del día de alguno de mis familiares y las risas contagiosas de otros, así fue trascurriendo nuestro viaje, que cada vez se nos hacia mas corto y mas ameno.

En ese tiempo nos encontrábamos en temporada de invierno, lo cual nos dificultaba un poco el viaje, ya que las vías se encontraban en mal estado por los días tan lluviosos, pero eso no nos afecto para continuar con nuestro viaje, viajábamos en un bus de escalera (chiva), que nos permitía estar mas unidos, unos bailaban, otros tocaban la carrasca y no faltan los que sencillamente se dormían durante todo el viaje.

Faltando muy poco para llegar al municipio de heliconia, nos encontramos con una situación tal vez inesperada, nuestro viaje pudo haber terminado en una enorme tragedia, la chiva se atasco en el pantano imposibilitándonos continuar con nuestro viaje, a lo que el conductor intento hacer algo, pero lo único que consiguió fue empeorar las cosas, la chiva retrocedía llegando hasta la punta de un barranco, causando en toda mi familia toda clase de reacciones, todos nos bajamos de la chiva cada uno con las maletas. Los más pequeños gritábamos y los adultos desesperados trataban de ponernos a salvo y evitar que alguien saliera lastimado. El carro quedo atravesado en la carretera lo cual impedía el paso de los demás vehículos que venían en ambas direcciones.

Los mayores analizaban la situación buscando una solución, si continuar con el viaje o regresar a la ciudad, no todos estaban de acuerdo de seguir con el viaje, ya que era un riesgo muy grande y lo más correcto era devolvernos y dejar el tan anhelado viaje para otro día.

Es así como decidimos regresar a Medellín y atrasar el viaje, La gran dificultad era en que regresarnos, éramos muchos y eran necesarios varios carros para transportarnos, comenzaron a llamar amigos y ninguno estaba disponible, la ultima opción era decirle a los carros que estaban cerca que nos llevaran, lo mas indispensable para ellos era encontrar transporte para los niños y los adultos irían en busca de trasporte para ellos, es así como todo se fue solucionando los niños nos fuimos con un adulto y mas tarde llegaron los demás.

Fue una gran experiencia llena de emociones indescriptibles, pero lo importante era que ya estábamos de nuevo en casa y todo lo que había pasado solo era una mala pasada y de nuevo estábamos toda la familia reunidos con nuevos chistes y nuevas cosas por vivir en familia.