Una experiencia fatal
Cinco de junio de 2009, un día con un gran trabajo que cumplir, todo andaba muy bien hasta el momento…
Estábamos todos los grupos de Comunicación Social en un evento bastante esperado, yo y todos los que ese día asistieron disfrutábamos de aquel trabajo de todos los grupos, de pronto una amiga me informo que ni ella ni la otra compañera de estudio podían salir a exponer el trabajo, porque no se sentían cómodas, porque no estaban lo suficientemente arregladas para salir al frente y por otras razones más. Me decía que yo era la única salida para que todo saliera bien ese día.
Yo tome todo muy mal, empecé a contradecirle todo, no me parecía justo lo que estaban haciendo y los argumentos que me daba para no salir a exponer no eran muy convincentes que digamos, todo esto me parecía una mala escusa ingeniada por ella, pero al final termino por convencerme, ya que si no lo hacia se perdería todo el esfuerzo y el trasnocho realizado por varias semanas.
Empecé a sentirme como mareada de solo pensar que iba a estar al frente de muchas personas. Las horas se me hacían minutos, los minutos segundos y los segundos nada…
¿Qué hago? ¿Será que salgo? ¿Y si me equivoco? ¡Qué horror! Era lo único que podía pensar una y otra vez…
Con un gran cosquilleo por todo el cuerpo, me fui corriendo donde mi tía le dije que me tocaba exponer a mi sola al frente y por causa de esto me estaba sintiendo muy mal. Ella trato de calmarme diciéndome que yo podía hacer eso y mucho más.
Eso me ayudo un poco, solo un poco… la verdad no mucho.
Salí de aquel lugar a relajarme y pensar muy bien las cosas, caminaba de aquí para allá, de allá para mas allá, estaba súper tensa. Al momento se me acerca una compañera a decirme que entre cinco minutos me tocaba exponer, todo se me hizo cada vez más pequeño, no sabía qué hacer, me comía las uñas, mis manos sudaban, me estaba colocando fría y suena un poco ilógico pero tenía calor.
De pronto era mi turno, Salí y mire a todos ¡por Dios, me quiero desaparecer del planeta! Era en lo único que pensaba. Cuando por fin iba a iniciar ¡oh Dios! Se me ha olvidado todo lo que tenía que decir, puesto que sentía que todos estaban esperando que me equivocara, sentía que murmuraban y se reían de mí.
Suspire, trate de calmarme, pero el temblor de mis manos y de mis pies me colocaban cada vez mas peor. Termine leyendo todo el texto, Salí de mil colores y con una ganas de llorar y de no ver a nadie jamás, mejor dicho desaparecerme…
estudiante: Deisy Paola Hincapie Jaramillo.
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