A partir de ese día seria otro y por consiguiente mi espíritu más agresivo pero mucho más sensible al sentir y las circunstancias que la vida misma nos ofrece, y desde entonces mi vida se vería enredada entre sombras, luces y cuerdas para permitirme contradecir un poco.
Desde la llegada de aquel hombre, el mismo que aquella noche estrellada y con esas tenues luces amarillas iluminando la calle de aquel parque, y mientras nuestros cuerpos descansaban en esas pequeñas pero prolongadas escalas rojizas, el alcohol que corría por sus venas, nos inyecto un poco de música acompañada por nuestra presencia y vivir algunos momentos de bella existencia para perdurar en mi mente y no morir jamás.
Su rostro se me hacia algo familiar, pero no lo suficiente como para ofrecerle confianza ni el a mi, pero me basto la primer nota como para concentrarme los cinco minutos restantes, escuchar y sentir esas notas y las letra como nunca lo había hecho, solo hasta esa noche.
No se aun que distracción o ruido había en ese momento, pudo haber caído un baso, o un grito atravesar la calle de lado a lado, o tal ves me hubiesen llamado, pero en esos intensos cinco minutos de delirio, imaginación y placer, no había nada a mi alrededor que me pudiese desconcentrar.
Y entonces el vibrar de las cuerdas y por consiguiente sus voces, entraron imponentes por mis oídos, pasaron algunos segundos, el deletrear palabra por palabra con la pasión me congelo los huesos y mis parpados no querían parpadear para que mis ojos no se perdiesen ni un solo instante, y sus dedos de deslizaban por aquel diapasón viejo, entre cuerdas pensamiento y perfección, y por cada comento que transcurría la melodía se hacia mas vibrante.
Antes que todo esto ocurriese, el había sostenido una conversación algo nostálgica de la cual no hice parte, pero que escuche como si fuese un niño oyendo a su abuelo, aprendiendo de sus experiencias y tiempos pasados.
Uno de ellos, el mismo al que el alcohol arrebato esa noche su conciencia, despertó de su letargo para entrar en otro y acompañar con su cantar las hermosas notas que salían de la guitarra como si fuesen uno solo, y el sentimiento fue tanto que sus lágrimas cayeron de sus ojos a partir de la segunda estrofa hasta el final de aquella inolvidable canción, y capturar mi atención de tal forma que llegue a sentir por el, y el momento mostrarme caminos futuros a mi.
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