En el mundo se realizan 55000 abortos inseguros en un día, un estudio titulado “el aborto clandestino” señala que del cien por ciento de las mujeres pobres de las ciudades colombianas que se practican un aborto, el 57% acuden a una persona no capacitada, mientras que el 24% son asistidas por una enfermera y el 19% por un médico; Eduardo Cifuentes, defensor del pueblo, afirmó que ya es hora de despenalizar el aborto en Colombia, ante la evidencia de que en un año cerca de 300.000 mujeres en el país acuden a está práctica.[1]
Cómo saber entonces, lo que todos estos seres piensan, dicen y esperan de la sociedad, esa donde murieron, no por guerras ni accidentes de tránsito, ni por riñas callejeras, ni mucho menos por que estaban prestando un “servicio” a la patria, murieron sin nacer y para saberlo escuchemos a uno de ellos:
“Hola me llamo Lucho y desde que me morí he crecido tanto que mi mamá no me reconocería, como morí de aborto llegue sin nombre a este mundo de muertos; dos paramilitares españoles, tres guerrilleros mexicanos y cuatro ladrones latinoamericanos me pusieron Lucho. Los que morimos de aborto, nunca podemos tomar leche tibia de las tetas de la mamá, dicen que chupar tetas es rico, yo en cambio llevo catorce años tomando leche fría en este útero de muertos. Cuando nos mandan al mundo de los vivos y no hay nadie en esta sala es por que vamos pa’ Colombia(…) es que a los muertos, casi no les gusta nacer en Colombia, por que toca nacer muchas veces para vivir poquitos años…”
De este modo Lucho narra el inicio de El Colombian Dream (película colombiana) y más adelante narra otra “realidad” colombiana; nuestro país se caracteriza por la biodiversidad de paisajes, climas, infraestructuras y personas y también por la falta de oportunidades laborales para sus ciudadanos o en ocasiones por la mala remuneración de los profesionales, ya que de un tiempo para acá tienen mayor crecimiento empresas o entes del exterior y en especial de los Estados Unidos, como si fuera poco los soldados que velan por la seguridad del país pueden incluso, ver afectada su profesión. Quizá por esta situación algunos colombianos deciden viajar al exterior para hacerse ricos, tener un buen empleo y ayudar a la familia que queda en su patria, sueño que lo ven desde muy temprana edad, pero que no muchos logran alcanzar y se ven involucrados en un “trágico” regreso, en el cual debe, por así decirlo, empezar de cero.
A pesar que en Colombia abortamos no solo hijos sino también sueños y metas por cumplir en nuestra tierra, se tiende a valorar muy poco los productos creados, cinematográficamente hablando, y me puedo incluir en esa lista. Se tiende a pensar que el cine colombiano es aburrido, sin trama, ni contenido, pero lo más entristecedor de todo, es que esas nociones se forman en la mente por simples comentarios y es quizá por ello que perdemos una gran oportunidad de enriquecernos con nuestros productos. Por ejemplo, Juan Ensuncho Bárcena no recuerda quien dice la siguiente frase pero esta de acuerdo con ella: “El ‘cine colombiano’ no existe, existen películas. Es una realidad incontrovertible”. Y agrega que “Un cine independiente del Estado, un cine que sea visto como buen negocio – a la manera de Hollywood - es el que brindará las condiciones para que exista la Industria, para que la gente acuda copiosamente a las salas, para que la gente del cine tenga libertad de creación y una vida digna, más allá de las tribulaciones – y endeudamientos - del presente.”[2] Aljure representó en su película un cuadro similar, el locutor de radio Enrique Arango a deuda una cantidad de dinero a un “personaje cuyo nombre no es revelado, este decide embargar sus bienes y fuera de sus muebles, joyas y demás pertenencias, halla 9 cajas llenas de cine colombiano o al menos eso decían las etiquetas de las videocintas y su primera expresión es “esta mierda no sirve pa’ un culo”; él considera el cine colombiano invaluable, basura y en la subasta donde están en juego las pertenencias robadas quema cada una de las cajas, desconociendo que dentro de estas van camufladas cientos de “pepas” multicolor, que en sus negocios representa una inmensa cantidad de dinero.
Exagerado el argumento, claro, pero de este modo es la comedia creada por Aljure. La cinta maneja igualmente el tema de la drogadicción en el cual no se hizo mayor énfasis, pero las pepas en esta película tienen unos colores muy llamativos. El amarillo, riquezas de nuestra tierra. El azul, los océanos que bañan nuestras costas. El rojo, por la sangre que derramaron los mártires y héroes buscando nuestra independencia y por que no, la sangre que aún se derrama en calles, ciudades, hospitales, la sangre de aquellos inocentes.
[1] Tomado de: La realidad del aborto. En: http://www.ladosis.com/articulo_interno_nd.php?art_id=1053. Última consulta 15 de septiembre.
[2] Tomado de: Ensuncho Bárcena Juan, en una entrevista realizada a Felipe Aljure, el viernes 16 de febrero del 2007 y publicada en: http://ensunchovaalcine.blogspot.com/2006/11/el-colombian-dream-es-una-fbula.html. Última consulta: septiembre 22 del 2009.
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