Cuando nuestros ojos se cierran, todos estaremos juntos

En este escrito de las caras a y b hago énfasis en mostrar que pasa con los muertos pobres y ricos de mi pueblo natal, Ayapel situado en el departamento de Córdoba.
Ayapel por ser un pueblo pequeño sólo tiene un cementerio, el cual está un poco desordenado, es decir, las bóvedas de los pobres y de los ricos no están separadas unas de otras y es por eso que cuando un pobre se encuentra a rico en la calle murmura: “este se cree el puta, y cuando muere le toca estar junto a nosotros”.

En la entrada de este cementerio, hay una frase que dice: “yo fui lo que tu eres y tu serás lo que yo soy” colocando a interpretar al que lee esta frase que todos somos iguales, después de muertos. Aunque cuando entramos podemos distinguir estas bóvedas ya que la de los ricos están embaldosadas, con baldosas de colores cálidos, en regadas y todas tienen lapidas grandes y lujosas rodeadas de flores de diversos colores (amarillas, rojas, moradas, blancas, entre otras). Además tienen un modelo de casa, porque en la parte superior le hacen un techo estilo kiosco, pero hecho con eternil y no de palma.

En cambio la de los pobres son blancas pero pintadas con cal y como no tienen techo, cuando llueven se ponen como grises por el sucio que descargan los arboles que tienen a su alrededor. Se distingue quién es la persona que esta enterrada en dicha bóveda porque le colocan el nombre con pintura negra ya que son muy pocas las que tienen lápidas y las que la poseen son medianas y sencillas (solo le colocan el nombre de la persona, fecha en que nació y murió, un pequeño modelo de cruz y tres renglones de oración). Además este cementerio para ser el único que tiene Ayapel, pasa muy sucio, que hay momentos en que se encuentran unas montañas de “yerbas” que a uno le da miedo de asomarse por allá, puesto que se puede encontrar serpientes, y el alcalde sólo lo manda a limpiar los pasillos para las fechas del día de la madre y padre; y el 2 de noviembre.

En esta última fecha este cementerio, parece de elecciones, pues se reúnen los pobres y los ricos en un mismo lugar para realizar la misma actividad, que es la de visitar a sus familiares muertos. Y porque en este espacio se encuentran personas vendiendo, bolis, empanadas, chichas, gaseosas, raspao, helados, flores, entre otras cosas.
También hay momentos en que los pobres le roban las velas a las bóvedas de los ricos para ponérselas a las de ellos.
Aparte de lo anterior hay muertos ricos que son quemados fuera del pueblo y las cenizas sus familiares las arrogan a la ciénaga que posee esta localidad. Sin embargo mucha gente, en especial los pobres dicen que ese polvo quemado contamina su riqueza natural.
Entonces las cenizas de los muertos que son quemados son arrojadas a otras partes del pueblo que yo desconozco.
Cabe decir que en este lugar hay personas pobres y ricas que son asesinadas, y sus cadáveres son botados en partes selváticas de Ayapel, y algunas veces sus familiares solo encuentran partes de sus cuerpos ya sea por que se los comen los goleros o porque los “paracos” tienen la costumbre de mochar los cuerpos de sus víctimas con motosierras.

Finalmente esto es lo que ocurre con los muertos pobres y ricos de mi pueblo, y como ya no hay suficiente espacio para mas muertos, se está construyendo otro cementerio para las personas que mueran en un futuro, y por lo que veo no va haber separación entre las bóvedas de los pobre y ricos, es decir, los habitantes de Ayapel aun después de muertos siembre van a vivir en el mismo espacio, así que los ricos no pueden seguir humillando a los pobres.

Bajo Cauca.
Susana Marquez Bracamonte