Un día cualquiera me encontré con un pensamiento que volaba en mi mente, tal vez hacia tiempo estaba allí pero no lo había descubierto, el cual me hacia llorar, temblar, reír, latir mi corazón aceleradamente, sentirme extraña entre otras cosas. Estuvo por mucho tiempo rondando mi mente y descubrí que no solo a mi me hacia sentir cosas extrañas que habían otras personas que también sentían lo mismo que yo, todavía no me explico porque pero así era.
Pasaban los días y seguía allí, por momentos se me olvidaba pero cuando menos lo esperaba allí estaba presente como el día y la noche atormentándome cada segundo que pasaba, cada vez que se hacia presente en mis pensamientos cambiaba de color, me ponía nerviosa, temblaba al hablar y sentía que no tenia otra cosa presente en mi mente, mejor dicho mis otros pensamientos se escapaban como el aire, como el agua entre las manos.
No obstante me preguntaba que era lo que me pasaba, porque ese pensamiento me atormentaba que había hecho que, había pasado y no entendía, no me acordaba de nada.
Le di tantas vueltas al asunto que termine por contarle a mi mamá lo que me pasaba, le comente que había algo que no me dejaba pensar ni estar en paz con migo misma, cuando lo estaba haciendo empezaron los mismos síntomas llore, reí, cambie de color etcétera. Ella me pregunto ¿Qué te pasa? Yo le conteste que no sabia, me dijo no tienes nada mas que contarme yo le dije que no sabia y empecé a temblar junto con mi vos. Me dijo “cálmate.”
Al es cuchar las palabras de mi mamá me calme un poco. Ella empezó a darme consejos diciéndome.
-cuando me siento sola lloro ¿te sientes sola?
- no.
-cuando estoy feliz me rio ¿estás feliz?
-no.
Me dijo no entiendo qué te pasa, estás segura que no tienes más nada que contarme, en ese momento me acorde de algo que había hecho y que no era capaz de contarle a mi mamá y que desde entonces ese pensamiento me atormentaba. Le dije lo que pasa es que hice algo malo y me da miedo contártelo en ese preciso instante me dijo descubrí lo que te tiene así, yo le pregunte que era y ella me dijo que le contara primero lo que había hecho, después que le conté todo los síntomas que tenia desaparecieron, entonces me dijo lo que tu tenias era miedo cierto, y le conteste que sí. Desde entonces siempre que hago algo malo se lo cuento a mi mamá pera evitar esos síntomas.
Eliana Zabaleta
Comunicacion social -periodismo
Seccional Bajo Cauca
jueves, 26 de noviembre de 2009
El pensamiento perdido
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