Las ironías de de la desigualdad social

Las visitas a los colegios de dos estratos diferentes nos dejaron grandes sorpresas, por un lado, visitamos el más pobre, ese a donde los alumnos no pagan matrícula, donde las condiciones son precarias, ese lugar donde van los niños que se quedan sin puesto en los colegios oficiales.
Al entrar y ver las condiciones de las sillas, pupitres, paredes, baños, oficina se pregunta uno ¿qué clase de personas estudian aquí? ¿Indigentes, desplazados? O niños con unos derechos fundamentales que profesa nuestra constitución en su Artículo 44 donde dice: “Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia.
La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores.
Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.
Parece que este artículo fuera de otro país, porque en realidad allí no se ve que el estado cumpla con ese derecho.
Nos contó la secretaria que el departamento no les da contrato desde hace dos años, durante los cuales han sobrevivido con la caridad de muchos maestros que trabajan sin salario, para no dejar que esos niños se queden sin estudiar, los niños no llevan uniforme de diario, solo el de educación física, porque todos son pobres y la mayoría no tiene con que comprarlos, cabe mencionar también que no todos llevan zapatos, por el mismo problema, la economía.
Por la crisis financiera que están viviendo las directivas decidieron que en diciembre cierran el colegio, las deudas con los servicios públicos son impagables, cada vez hay menos sillas, menos pupitres, menos material didáctico, la situación es insostenible. Solo esperan que lo que le dijo la secretaria municipal de educación, lo cumplan, y es que el próximo año hay cupos disponibles en los colegios oficiales para todos estos niños.
Por otro lado visitamos otro colegio, el de estrato seis, privado por cierto, y ¡oh sorpresa! Primero que todo nos recibieron de mala gana, especialmente la directora, que cree que no pertenece a este mundo, que no todos somos dignos de escuchar sus palabras, tanto, que teniendo todo el tiempo disponible para atendernos, prefirió llamar al coordinador, para que nos dijera lo que ella perfectamente podía decirnos, solo que no le dio la hijueputa gana, porque ella se paró a unos diez metros de su oficina en el pasillo, haciendo nada.
El coordinador se limito a decirnos que no podía respondernos ninguna de las preguntas que le hicimos y que tampoco podían darnos la información sobre el costo de las matriculas y pensiones, menos fotografiar a los alumnos e instalaciones, que eran las políticas del plantel, porque los padres de familia exigían total privacidad y seguridad para su hijos, a los que no está permitido abordarlos, eso porque supuestamente unos días atrás amenazaron con secuestrar a un alumno, versión poco confiable, además dijo que los hijos del comandante del Batallón de esta localidad estudiaban allí y que exigía el no ingreso de personal extraño en la institución, por motivos del orden público que se vive en Caucasia, también nos dijo que corrimos con suerte que los escoltas de los hijos del coronel nos dejaron entrar con las cámaras, esos que según él estaban en un carro a la entrada del colegio, la verdad es que nos pareció más sospechosa esa versión que la del posible secuestro. Por lo que pudimos apreciar, el colegio cuenta con piscina, parque para los niños, las instalaciones están en buen estado de conservación. A los alumnos se les ve bien arreglados. Los padres recogen a sus hijos en autos lujosos. En realidad el dinero condiciona los modelos de vida y confiere estatus.
Qué diferencia hay entre los ricos y los pobres, en ese colegio no dejaron que un compañero utilizara el baño, ni siquiera le preguntaron que iba a hacer. Esa fue la directora, un día que fue solo a apartar una cita con ella, además él solo iba a lavarse las manos. Mientras que en el otro colegio nos dejaron tomar las fotos que quisimos, lástima que ya los niños habían de clase, porque nos dijeron que los podíamos fotografiar.
Para recordar nosotros nos identificamos como estudiantes de comunicación social-periodismo de la Universidad de Antioquia, manifestamos con claridad cuál era el motivo de esa visita, pero sus normas no permiten que se muestre un aspecto que ellos seguramente consideraran negativo de su plantel, sin embargo quedamos satisfechos por el deber cumplido.
Pero nos quedaron otras dudas, y a las ves nos preguntamos ¿Qué pasaría si en Colombia se llagara a privatizar la educación? Con esas condiciones tan paupérrimas donde estudian esos niños de escasos recursos, y eso que es pública y el gobierno se jacta de las migajas que invierte en educación, aunque es un derecho fundamental. En comparación con el lugar donde estudian los de estrato seis, éstos estudian como principes, los otros como mendigos.
Nota: No dimos los nombres de los colegios para no herir susceptibilidades.