Señor Miguel Salazar ¿cuántas cédulas proceden a actualizarse por día?... (Guarda silencio). ¿Cuántas se han entregado, cuántas faltan por entregar…?
-A ver, lo que pasa es que usted viene en muy mal momento, ¿no ve como estoy de ocupado?- por fin se digna a responder, no de la manera más adecuada, ni a la pregunta que le hago, pero por lo menos no se mantiene ya en silencio.
-Prometo no demorarme, cuestión de dos minutos- le aclaro para intentar conseguir una respuesta válida.
-Venga por la tarde, ahora no tengo tiempo– comienza a irritarse.
-Pero yo soy periodista y usted como Registrador Municipal debe brindarme la información que necesito
-Sí, pero es que usted viene en muy mal momento, ¡vuelva en la tarde!
-Pero, en la tarde estará usted ocupado con otros ciudadanos, necesito esa información en este instante- le aclaro, a lo que él se queda callado.
-¿Qué pasa si la cédula no se renueva? -intento de una vez más
-Pues, es que la cédula toca renovarla –me dice después de mucho evadirme-, si no se renueva puede traer dificultades para el ciudadano a partir del año entrante.
-¿Por qué?
-Pues porque se implementará el voto electrónico y otras maneras de identificación de reciente tecnología, entonces las otras cedulas no van a servir más.
-Ya veo. ¿Cuántas cédulas entonces se actualizan al día en esta localidad?
-Cuatro o cinco, más o menos
-¿Tan pocas?
-Eso es culpa de la ciudadanía –me mira de una manera poco agradable-, ellos no se acercan a realizar sus diligencias
-Entonces, ¿Para qué son las interminables filas que a diario se ven aquí?
-Pues mire, la gente no aprovechó cuando estaban las máquinas acá, esas procesaban hasta 150 cédulas diarias, pero el proceso manual es mucho más complicado. Es culpa de ellos –reprocha
-Sigo sin entender entonces las largas filas y extenuantes esperas de los habitantes frente a las puertas de esta oficina, si no es para sus diligencias ¿entonces para qué?
-Pues ahí si no le puedo colaborar –dice agresivamente- vaya pregúnteles a ellos
-Eso es lo que haré, muchas gracias.
Ni siquiera hace falta una encuesta a quienes se mantienen en la fila, pues al salir siento su apogeo por mi postura ante el Registrador, la actitud de él y la reacción de la gente ante lo que hice me dan los fundamentos necesarios para pensar que su función se hace de una forma que mucho deja que desear.
-A ver, lo que pasa es que usted viene en muy mal momento, ¿no ve como estoy de ocupado?- por fin se digna a responder, no de la manera más adecuada, ni a la pregunta que le hago, pero por lo menos no se mantiene ya en silencio.
-Prometo no demorarme, cuestión de dos minutos- le aclaro para intentar conseguir una respuesta válida.
-Venga por la tarde, ahora no tengo tiempo– comienza a irritarse.
-Pero yo soy periodista y usted como Registrador Municipal debe brindarme la información que necesito
-Sí, pero es que usted viene en muy mal momento, ¡vuelva en la tarde!
-Pero, en la tarde estará usted ocupado con otros ciudadanos, necesito esa información en este instante- le aclaro, a lo que él se queda callado.
-¿Qué pasa si la cédula no se renueva? -intento de una vez más
-Pues, es que la cédula toca renovarla –me dice después de mucho evadirme-, si no se renueva puede traer dificultades para el ciudadano a partir del año entrante.
-¿Por qué?
-Pues porque se implementará el voto electrónico y otras maneras de identificación de reciente tecnología, entonces las otras cedulas no van a servir más.
-Ya veo. ¿Cuántas cédulas entonces se actualizan al día en esta localidad?
-Cuatro o cinco, más o menos
-¿Tan pocas?
-Eso es culpa de la ciudadanía –me mira de una manera poco agradable-, ellos no se acercan a realizar sus diligencias
-Entonces, ¿Para qué son las interminables filas que a diario se ven aquí?
-Pues mire, la gente no aprovechó cuando estaban las máquinas acá, esas procesaban hasta 150 cédulas diarias, pero el proceso manual es mucho más complicado. Es culpa de ellos –reprocha
-Sigo sin entender entonces las largas filas y extenuantes esperas de los habitantes frente a las puertas de esta oficina, si no es para sus diligencias ¿entonces para qué?
-Pues ahí si no le puedo colaborar –dice agresivamente- vaya pregúnteles a ellos
-Eso es lo que haré, muchas gracias.
Ni siquiera hace falta una encuesta a quienes se mantienen en la fila, pues al salir siento su apogeo por mi postura ante el Registrador, la actitud de él y la reacción de la gente ante lo que hice me dan los fundamentos necesarios para pensar que su función se hace de una forma que mucho deja que desear.
Fernando López
Oriente
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