UN RATICO EN TU ESPACIO
Jey es una jovencita de aproximadamente 20 años de diversión, 18 de estudio y tal vez unos cuantos del resto de la vida, vive en La Esmeralda un sector muy tranquilo pero tal vez muy escondido del municipio de Rionegro, tiene una familia relativamente pequeña ya que al ser la menor de tres hermanos es la única que aun comparte con sus papas el mismo lugar de vivienda, aunque podría decirse que no sólo con sus padres; cinco integrantes de la familia ocupan el espacio que podrían ocupar ocho o diez hermanos más, tres perros y dos gatos se roban toda la atención y el cariño del hogar, unas fieles mascotas que los han acompañado por más de varios cuatro años y que si algún día llegasen a faltar se acabaría toda la emoción y el movimiento del hogar.
Empieza su día regocijándose en su habitación, tan amplia como si pudiera meter allí todo un batallón; espacio que le permite privarse de toda la confusión de la calle, del alcohol, de la rumba y del bullicio en el que cada noche anterior encuentra el goce eterno de su vida. El baile y los estrujones de extraños cada sábado en la noche construyen para ella una salida de la rutina, un escape de todo lo que conforma la monotonía a la que no se quiere ver sometida; sale de su cuarto y lo más importante para ella en ese momento es encontrar a sus cinco tesoros a la expectativa de su salida y como ultimo y no menos importante da un buenos días a su mamá mientras ella en el buen ejercicio de su roll le prepara un desayuno para levantar muertos, necesario después de la trasnochadita anterior. Se dispone para su primer tormento del día, justo uno de los que más le molesta de todos los que dice que tiene que sufrir; ella es de las que dice que el agua se lleva consigo todo tu encanto, que después de amanecer con las secuelas de lo bien que la pasaste ayer es mejor quedarse con ellas, no bañarse y volver a la misma historia de antes, se da un baño muy rápido en una actitud de como quien no quiere la cosa y pasa al espejo glorificando su cuerpo porque esa es una de las actividades que más disfruta a diario y que de ninguna manera podría permitirse pasar por alto.
Se maquilla como si la sombra en los ojos significara para ella borrar todos los recuerdos del pasado, su pestañina dice, le permite ver las cosas diferentes; que no sabe si es por lo pesados que se ponen o si es porque sus ojos cada vez están menos acostumbrados a cargar con tanta vaina encima. El polvo y el rubor la hacen sentir como una persona nueva, se siente diferente como si tapara lo que no quiere mostrar cuando en realidad en sus ojos esta tan marcado lo que siente, ni siquiera todo el maquillaje del mundo podría borrar esas huellas de felicidad, de tristeza y algunas veces de ansiedad que hacen que sus ojos expresivos parezcan hablar cada vez que te miran.
Una energía elevada siempre la caracterizan en todo lugar, en la casa, en la universidad y en la calle brilla siempre por mantener la chispa encendida y estar siempre de buen humor; aunque su temperamento sea lo más difícil de manejar siempre atrae a los demás con una sonrisa tan dulce que ni su mal genio puede borrar. Resume su vida en la felicidad que le da llegar a su casa encontrar su gran espacio para descansar y ver en su compañía toda la alegría que desprenden al verla llegar, mueve todo de lugar para que no sea como repetir la misma historia o al menos eso es lo que piensa, pero su enorme habitación modificada cada lunes en la mañana le demuestra que nunca nada es igual y que por más parecido que sea el lugar la misma historia nunca se repetirá.