UNA NIÑA DORMIDA POR UN TIGRE

Tu lo que quieres es que me coma el tigre, que me coma el tigre, que me coma el tigre ay mi carne morena… Entonces me salgo del río me meto a su casa donde no me vea, el tigre se sale del río se mete a su casa y la cosa esta fea”. Para impresión de muchos de muchos de los que lean este escrito yo me dormía con la canción El tigre de Diomedes Díaz cantada por mi padre, puesto que le recordaba su infancia además le gustaba y admitía que a mi también y acertó porque efectivamente me encantaba le pedía que me la cantara todas las noches, porque es como un cuento y yo me imaginaba la persecución del tigre hacia el moreno por su casa, un árbol y un río, eso era lo mejorcito a falta de os arrullos de mi mamá y hay que admirar el esfuerzo de mi padre para dormir a una niña de 4 años.
Ahora cada vez que escucho la canción me trasporto al pasado y me veo acostada en mi cama la mayoría de veces con una pijama amarilla y blanco, aferrada a mi padre escuchando la canción que era mejor que un cuento para mi porque éstos me mantenían a la expectativa y el lugar de dormirme me activaban más, es como si abriera una ventana de mi antigua habitación y viera a un padre que dormía a su hija que luego que daría sola diciéndole que un tigre se comería a alguien y ella tranquilamente cerraba sus hasta que se dormía sin ni siquiera soñar con la escena . Yo escuchaba la canción como lo más dulce, incluso muchas veces esperaba con ansias ese momento porque después de la ausencia de mi padre en el día yo sabía que me recompensaría por la noche.
Fue tanta la costumbre y el gusto por la canción que en ocasiones cuando la escucho siento tranquilidad y hasta sueño y hasta me atrevo a decir que no solo las canciones de cuna son efectivas para dormir a un niño, puesto que sea cual sea la estrategia que se utilice si se hace con amor funcionará.
Vilma Sofía Miranda, Comunicación Social Periodismo 2º Nivel