Anhelé que esos dos días pasaran súper rápidos, yo sólo tenía 6 años y sentía ansias de visitar a mi tío, e ir por segunda vez a ese maravilloso lugar, como lo es el mar. Cuando ya estábamos viajando, hablaba, jugaba y reía con mis hermanos, creo que el viaje se nos hizo corto, pues en medio de tanta alegría, recuerdo que llegamos rápido.
Estando ya en Coveñas, en casa de mi tío y como habíamos llegado a medio día, salimos en la tarde a pasear y disfrutar de aquel espléndido mar. Estaba muy contenta, pues era la segunda vez que iba a ese mágico lugar, en el cual me sumergía una y otra vez y donde me daban ganas de alejarme de la playa, pero sabía que era imposible, pues no sabía nadar y además mis padres nos cuidaban con mucha responsabilidad.
Ese día jugué, corrí y me divertí mucho en aquellas playas. Creo que lo disfruté más que la primera vez, cuando lo conocí, pues en aquel entonces solo tenía dos años y no logro recordar casi nada, de no ser por las fotografías que aún conservan en mi casa.
El paseo demoró 5 días y la verdad me da nostalgia recordarlo, pues hoy me da risa, acordarme que aquellos días me dejaron de recuerdo una piel, no bronceada, sino “negrita”, pero son cosas que quedan de situaciones que realmente se disfrutan mucho, y hoy que tuve la oportunidad de escribir sobre algo que en su momento despertó una gran alegría en mí y que aún lo hace, me llena de mucha satisfacción, pues como dicen por ahí “recordar es vivir, volver a vivir”.
Vanessa Vergara Ruiz
Comunicación Social 2
Universidad de Antioquia Seccional Bajo Cauca
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