MIENTRAS EL MUNDO DEJA DE GIRAR

Es difícil describir lo que siento cada vez que te beso, acaricio o simplemente cuando te miro. Pero quisiera contarte lo que me paso esa última tarde en tu casa.
Durante toda la mañana estuviste rondando mi mente, en lo único que pensaba era en tu nombre; veía tu rostro y me imaginaba que seria de nuestro futuro, las horas pasaban y no sabia nada de ti, sonaba el teléfono y rogaba por que fueras tu; sin lograr que mi súplica fuese escuchada. Hasta que por fin, suena mi celular; me puse nervioso sólo de ver tu nombre en el identificador, al escuchar tu voz me pareció escuchar la sinfonía más melodiosa y agradable del mundo. Horas después mientras iba rumbo a tu casa, pocas cosas habían cambiado; un deseo inmenso de sentirte cerca, se apoderaba de mí; al tocar tu puerta y ver por fin tu rostro fue la alegría más pura jamás sentida por alguien.
Al entrar en tu habitación; el tiempo se detuvo, el mundo dejó de girar, el sol de brillar, nadie mas existía, sólo tu y yo.
Mis manos sudaban, me temblaban las piernas, quería decirte tantas cosas, las cuales no te dije por miedo a sentirme frágil, sensible y talvez tonto frente a tus ojos, me arrepiento hoy de no haberlo hecho, pero que más da, ya que tendré infinidad de ocasiones para hacerlo.
Al verte a los ojos mi corazón latió más fuerte, creo que podían escucharlo hasta en la Luna, mi cuerpo se estremecía, el sabor inigualable de tus besos era adictivo, la ternura de tus caricias me dejaba la piel de gallina, mientras mis brazos sentían un deseo inmenso de apretarte fuertemente contra mi cuerpo sin soltarte ni por un instante, esperando que ese momento durara para siempre.
En mi cabeza todo era caos, el temor se apoderaba de mi, pensando si realmente sentirás lo mismo, o si simplemente soy un pasatiempo, un juguete inútil de quien te aburrirás con el pasar de los días. Mi mente, me dice una cosa, mi corazón otra; éste me susurra que somos uno, que las sensaciones y sentimientos son compartidos, tu mirada me lo confirma, al igual que tus palabras y quiero creerles, por qué no hacerlo?. Por qué dejarme llevar por el miedo, si todo esto es nuevo para mi, qué puedo perder, si ya antes he sufrido, llorado, reído, pero nunca he tenido tantas emociones juntas. Cómo irrumpir en tu mente, cómo saber qué piensas; es imposible.
No puedo soltarte, siento que si lo hago te alejaras de mi para siempre, y no concibo tal cosa. Llevo mucho tiempo buscándote y al fin te he encontrado, y por nada del mundo pretendo perderte.
Finalmente mi cuerpo y mi mente se relajan, se hacen uno; mis sentidos se agudizan y se dejan llevar por tu cuerpo, llegando a la enajenación total, permitiendo que nada importe, ecepto el momento, ecepto nosotros.
Anhelo, te haya quedado claro todo lo que siento por ti, ya que esto no se representa con términos, es algo que siento desde la punta de los pies hasta el cabello, algo que no se describe con palabras si no con hechos.


LEONARDO SERNA
COMUNICACIÓN SOCIAL-PERIODISMO