Percibo cómo en mi estómago hay toda una fiesta intestinal que me impulsaba a tener hambre de todo y sed de nada cuando mi apetito es nulo y mis papilas gustativas piden a gritos aunque fuese un trago de agua, tan anhelado por mi ser en este instante como la ambrosía por los dioses.
Mi cerebro da lo máximo de sí para mantener controlado el cuerpo que parece flotar en medio de una nube de felicidad; mi mente trabaja arduamente por lograr la ansiada concentración que necesito en esta especial ocasión, haciendo de todo el organismo un manojo de impulsos que llegan a todas partes para coordinar cada uno de mis movimientos buscando que sean los más acertados y armoniosos en medio de toda la tensión. Mi corazón, que poco a poco acelera su ritmo, da su impulso de vida a todo el cuerpo con su líquido vital para no dejarme desfallecer en ningún momento; mi boca parece degustar aquel dulce sabor de la pasión desbordante, esto se puede evidenciar en el momento preciso en el que los labios se abren para que mis pulmones hagan su máximo esfuerzo al cantar, gritar y festejar lleno de júbilo.
Mi nariz aspira a cada instante el gran orgullo que me invade; mi respiración se hace más aguda que nunca y su precisión en este momento es la que siempre desee. Mis ojos miran hacia todos los presentes, pero no se fijan en nadie, quizá por las tiernas lágrimas que mansamente ruedan sobre mis rostro; mas no son unas lágrimas de dolor, ni de angustia, ni de sufrimiento alguno: son las gloriosas lágrimas que brotan al presenciar aquel instante en el que se proclama la esperada palabra que me llena de vida, de gozo, de excelencia, de soberanía, de alegría y de triunfo.
Mis manos, firmes y a la vez temblorosas ejecutan cada nota, cada acorde de las más hermosas melodías; siento que mi alma vuela tan alto como quiere llegar, tan lejos como puede alcanzar y se convierte en gigante tan pronto como lo puedo imaginar; tan sublime y misteriosa se torna esta sensación que llena todo mi ser que sólo entonces comprendo que las grandes cosas de la vida se logran siempre con amor y sacrificio, con esfuerzo y superación…
Oriente
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