Mis amigos me rodean y soy todo el centro de atracción en esta fiesta, mi fiesta. Mi familia se siente orgullosa de mí porque en mi cumpleaños número cinco soy un niño correcto, amable y divertido que quiere disfrutar de la vida con la gran alegría e ilusión que mi niñez ve en cada detalle del mundo que me rodea. Mis vecinos no soportan los gritos y la algarabía que aquí se hace, pero creo que son tan viejos que ya no alcanzan a recordar sus tiernas infancias cuando corrían, saltaban y gritaban al igual que nosotros lo hacemos en esta especial ocasión. La cuadra entera festeja conmigo y parece sentir la misma felicidad que yo siento.
Esa piñata, que tanto miedo me da, tiene guardado algo muy especial para mí y para los míos: todo un mundo fascinante lleno de sorpresas y regalos para cada uno de nosotros. Mi hermana reparte caramelos y golosinas de aquí para allá dibujando una enorme sonrisa en la cara de los chicos que endulza con su simpatía encantadora, mientras yo, montado en mi regalo de cumpleaños, me dedico a asear, asear y asear; tal vez eso del triciclo con un remolque fue una gran idea de mi mamá para que le colaborara recogiendo las basuras que por todas partes ando dejando.
Los obsequios no paran de llegar, mis tíos (esos que vienen cargados de regalos pero que apenas conozco) vienen desde muy lejos para felicitarme por un año más. Veo gente por todas partes, es increíble que todos estén aquí por mí; mi casa parece un castillo de esos que aparecen en los cuentos que me cuenta mi hermanita antes de irme a la cama, tan bellos, tan coloridos, tan llenos de vida. Los regalos, o al menos sus empaques, son cada vez más enormes y más enormes aún son las ganas incontenibles que se apoderan de mí para abrirlos; pero ese temor a dañar la envoltura de pokemon no me deja disfrutar libremente de este bello momento, la paciencia se vuelve impaciencia; pero calma: no hay porque dañar una perfecta cubierta que servirá como una bonita decoración para mi cuarto. ¡Por fin tengo ese balón que por tanto tiempo le envidié al Cachetes de Marrana Flaca que tanto humilla al pobre Chavo del Ocho!
Este festejo es toda una alucinación: llueve confeti, caen aleluyas, gritan con entusiasmo, cantan “happy birthday”… lo único que me pregunto es: ¿dónde diablos está el pastel?...
Oriente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Apórtele con su comentario a la formación profesional del autor en tono colaborativo, no de crítica moralista, censuradora o que descalifique su trabajo creativo.