Ahí, estoy yo, igual que todos los demás involucradas en un mundo donde cada uno da lo mejor de sí, para hacer cada momento significativo en nuestras vidas.
Un día nos encontrábamos más o menos a las 10:00 am en el parque principal de Fredonia, allí el mercado es en pequeños toldos, encontramos todo tipo venta desde cacharros hasta todo lo que se necesita para el mercado completo; luego de caminar por entre los toldos nos sentamos en un estar que hay en el parque y que depende de una heladería que queda al frente, desde allí sonaba con bastante volumen por cierto, la música parrandera propia para la época, empezaba navidad, unas vez acomodados todos, unos, en sillas y otros el la orilla de las jardineras llegó el mesero a tomar el pedido, unos pidieron tinto otros perico y no falto quien pidiera cerveza y aguardiente; para mi era la primera vez que me sentaba en ese lugar, nada se me hacia extraño, era como si en ese momento hiciera parte de mi vida, la música que no me era extraña llevaba implícita todas aquellas historias que una y otra vez se escuchaba en familia, tampoco fue extraño cuando llegó hasta nosotros el loco, el mendigo y el parlamentoso que a punta de mentiras nos quería vender cualquier cachivache viejo. La experiencia que he vivido en familia me ha permitido aprender cosas muy valiosas como aprender por ejemplo que cada canción es una historia a través de lo cual hemos transitado a soñamos transitar
Natalia Torres
Seccional Bajo Cauca
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