Ella persigue un sueño y él persigue a la mujer que va corriendo tras el sueño…el de muchos, el de los arriesgados y los inconformes, el sueño de crearse una mejor vida en otra tierra y poder enviarle algún dinerito a su familia en alguna de las ciudades de Colombia, este país del que muchos prefieren huir.
La realidad que refleja inicialmente Jorge Franco en el libro Paraíso Travel se ilustra con precisión en una película que lleva su mismo nombre y que nos deja ver todo eso por lo que tienen que pasar los que pretenden transgredir el muro y cruzar la frontera, pero más que eso, lo que se vive cuando se está tras ella; y es que se cree que entre esos grandes edificios, ese idioma, casi todas esas personas rubias o de ojos claros y esas marcas americanas se va a vivir mejor; pero como dice Marlon, uno de sus protagonistas, “allá también se come mierda”, quizá “mierda diferente” como dice Reina, la mujer que lo ha llevado a seguir ese camino que conduce hacia el norte pero la pobreza allá no es diferente, según se ilustra en la cinta dirigida por Simon Brand .
Como casi toda película que pretende crear espectativas, ésta comienza por la mitad; un salón grande dividido por muros, clases sociales, ocupaciones y una que otra nacionalidad, un salón que también podría estar en alguno de los países de esta América Latina y no necesariamente en Nueva York…una pareja hace el amor, mientras un joven se masturba, mientras uno de los cuartos está solo, mientras un anciano acaricia a su mascota, mientras un punkero escucha música y una prostituta se arregla para salir, mientras suceden todas estas realidades que nos reflejan, están afuera Reina y Marlon, dos jóvenes colombianos tratando de hacer una llamada que les permita no perderse en esa ciudad tan grande y tan aterradora que tienen en frente.
Ese lugar, esa ciudad caótica, esa tierra prometida es el punto donde convergen miles de culturas, idiomas, creencias, nacionalidades y sueños, sueños que no dejan de ser americanos y que se creen todos los inmigrantes que van allá en busca de una mejor calidad de vida y la posibilidad de ayudarle en algo a su familia, esa que se ha quedado allá en el país del que huyeron porque no encontraron dinero, o quizá fama, o quizá más clase.
Esta cinta que no se entremezcla por completo con todas esas historias colombianas que se cuentan con drogas, balas, guerrillas y prostitutas, nos cuenta una realidad que se vive a diario, quizá no siempre cruzando la frontera de forma ilegal, sino desde ese sueño que se tiene de llegar al paraíso y que ahora se logra también conectado al mundo, presionando algunas teclas y detrás de una pantalla cuando allí se ofrece algún gringo que quiera compartir con un latino y lo lleve allá, a vivir el paraíso o quién sabe.
Como dice su autor, “Paraíso Travel, donde se habla en español pero se sueña en inglés es devastadora, hipnótica y sobria, y está narrada a través de personajes coloridos, divertidos, nostálgicos e inolvidables”[1], personajes de todas partes que no dejan completamente su cultura de lado, pero que se permiten mezclar las dos, las dos que son americanas, donde una es mas fantasiosa que la otra y más arriesgada a la hora de seguir.
La separación de Marlon y Reina por cosas de la vida en esa ciudad tan grande, es la posibilidad para contar las historias de todos esos inmigrantes que han llegado allá y que han pasado por el mismo miedo que tiene Marlon de perderse, no encontrar trabajo y buscar cada noche un sitio donde pueda quedarse a dormir…historias que tienen el mismo comienzo y que luego cambian un poco detrás de algún empleo durante algunos años y una costumbre a todo eso que se presenta ante sus ojos y viene de esa ciudad tan desconocida al comienzo y luego tan familiar. Y es que “los inmigrantes llevan el miedo y la incertidumbre adentro”, como le dice don Hernán (uno de los personajes) a Marlon, mientras le explica que el temor se va evaporando al pasar de los días cuando todo se haga más conocido.
Y es que esta cinta se nos hace conocida porque refleja eso que todos hemos pensado alguna vez, esa duda que nos permite pensar en si al otro lado del continente o del mundo hay una mejor vida, una vida diferente; son los que se arriesgan quienes pueden dar respuesta y los que no, permanecemos en esta patria donde el paraíso se nos hace tan utópico y tan increíble mientras lo buscamos en otros mundos, en otras patrias, en otros símbolos.
[1] http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/4287/comentario.php
Hola karol la historia está muy bien vislumbrada, a simple vista el texto está muy bien redactado pero si lo analizamos, encontramos un aproximado de 27 (que),algo más los gentilicios siempre se escriben sin mayúscula inician, esta técnica solo se aplica a los nombres propios. Muy bien solo eso.
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