La consideramos alguien muy especial en nuestras vidas, quizás un pequeño regalo de Dios, con ella comparto todo, mis días, mis noches, mis cosas, absolutamente todo, ella me transmite paz, armonía y además me gusta hablar con ella en mis momentos de tristeza, pues tiene esa magia que hace que mi rostro brille y una sonrisa aparezca ante tanta adversidad. A pesar de tener tan poco tiempo en la vida, no se arrodilla ante las pesadas situaciones por las que todos tenemos que pasar a diario, a veces creo firmemente que es tarea de un ángel protegerla, otras tantas, pienso que simplemente la suerte nació con ella; en fin es un ser admirable.
Cuando vamos juntas por la calle ella es el centro de atracción de todas las miradas, es que es inevitable no observarla; sus palabras te desarman, su voz es un lírico canto celestial que cuando lo oyes te atrae, te invita a navegar por un mundo desconocido y pintoresco, mientras te relajas y te desconectas de todo, es como un hechizo. Su cuerpo emite un aroma propio, único y atractivo que queda impregnado en tu olfato y se guarda en tu cerebro obligándote a reconocerlo siempre. Cada espacio de la casa tiene que ver con ella, por su corta edad, todos la convergen, verla se ha vuelto un vicio y su ingenuidad es toda una locura.
Por: Jazmin Mesa
COMUNICACIÓN SOCIAL –PERIODISMO
BAJO CAUCA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Apórtele con su comentario a la formación profesional del autor en tono colaborativo, no de crítica moralista, censuradora o que descalifique su trabajo creativo.