El activo lo mete, el pasivo se lo deja meter

Arregladito y peinadito, sábado por la noche, listo para salir ¡con un gay!, ¿Qué me pasó?, tranquila Dama, no cambié de ruta, simplemente quise conocer el mundo de estas personas difamadas injustamente. Bueno esta extraña historia se forja en dos noches, 25 de septiembre cuando conocí a Don A, y 28 de septiembre cuando conocí a Don D (ambos me pidieron reserva con sus nombres), Don A es un importante escultor de cabello, reconocido por tener una excelente mano con su material de trabajo y Don D es un personaje de la vida publica (hasta ahí puedo mencionar ya que él no puede decir sus gustos sexuales en público). Entre ambos hay una diferencia estratosférica considerable, por la plata y por la posición, el primero es pasivo, el segundo es activo.
Don A es soltero, con ganas de vivir una aventura al puro estilo de las novelas México-venezolanas, el hombre de sus sueños se resume en alguien con buenos sentimientos y dispuesto a enfrentar el mundo para defender su ideología, cuando no manipula cabezas, Don A se dedica a chatear, bailar o escribir, la última es una puerta que lo conduce a un mundo con verdaderos seres humanos, con igualdades para todos, con derechos y deberes que no cambian para ninguno, donde tus gustos sexuales valen mierda, o algo así fue como lo expresó. Ese día fuimos a tomarnos unos tragos en el bar El Taboga, su historia de vida es muy típica, el segundo de 4 hijos, un hombre y 3 mujeres, una familia muy religiosa, típicamente tradicional como lo son las familias de La Unión, cual sería la sorpresa de los padres al verlo en pleno proceso de masturbación con una imagen de Marlon Moreno, eso fue el año pasado y desde entonces el vive en un apartamento en el barrio San Cayetano del municipio de La Ceja. Nunca ha dado su primer beso, “Me he besado con niñas, lo normal parce pero yo pienso que primer beso en la forma, nunca lo he dado, un día tuve la experiencia de estar con un hombre pero él me utilizo como lo hizo con mucha gente” dice él mientras me lanza miradas picaras; fue incomodo lo admito, pero era interesante ver el sufrimiento por el que había pasado un muchacho graduado con honores en el 2006, que a sus 21 años de vida aprendió a usar un peine y unas tijeras mientras sus sueños volaban con cada mechón de pelo que cortaba.
A la hora de divertirse el dinero desempeña un papel muy importante, no puede gastar mucho pero si lo suficiente para “estar entonado” como asegura él, desearía poder gastar más dinero o ir a sitios “caches” pero para emborracharse no hace falta estar sentado en oro, “desde que haiga guarito todo bien parcero”
En medio de la “prenda” por el guarito me preguntó “Oíste Javier ¿Sos activo o pasivo?” carajo ¿Qué chimbada es eso?, después de una explicación corta entendí que activo es el que lo mete, pasivo es el que lo deja meter y me dijo que él era pasivo ya que sentir como lo penetraban era lo único que le gusto de la experiencia con el único hombre con el que había estado, oíste entonces ¿los pobres viven abajo en todo o como es la cosa?.
Don D tiene una relación estable, es un personaje reconocido en su medio, no es millonario pero la plata no es problema para él, ese día él, yo y su moto viajamos hasta llanogrande, bajo las mentiras de que tenía una sexualidad indefinida empezó a contarme su historia, que en su familia nadie conoce sus tendencias sexuales, que es duro no poder gritarlo al viento, que le duele ser un gay oculto, que le duele no poder besar a su pareja en público. Ese día el dinero no importaba, tragos chiquitos que emborrachan con el primer sorbo al costo de más o menos una garrafa de ron, tragos exóticos con nombres que dan risa y que mejor olvido para no tener una razón más de aumentar mi egocéntrico ego.
“¿Activo o pasivo?” le pregunte en medio de la prenda, “Activo viejo, mejor penetrar” contesto sin balbucear, mejor dicho el rico lo mete y el pobre lo recibe o el rico siempre está arriba y el pobre abajo, fue interesante saberlo. Sin pasarnos, la pasamos bien esa noche y reacciono bien cuando le dije que era heterosexual y periodista en formación, considerando que aun me habla.
A final de cuentas compare ambas vidas, Don A en su falta de dinero y Don D que no le falta nada (económica y sentimentalmente hablando), es duro ver como esta sociedad difama tanto a las personas gays simplemente porque son diferentes, no debería ser así pero aun soy un desconocedor del tema para hablar, mejor dejo que mis próximos proyectos sean la ventana para que ellos hablen, y por último solo queda decirles a Don A y Don D muchas gracias por los tragos