Es en uno de sus almacenes ubicado en el parque, donde sus vitrinas reflejan los rayos del sol, que una señora después de bajar de su automóvil, ingresa. Las personas encargadas de acoger y atender al cliente, inmediatamente se dirigen con una sonrisa armoniosa a recibirla, mientras los pasos de la señora la llevan cada segundo más adentro del lugar, donde pueden entrar todos y comprar pocos. Los zapatos, peinados, accesorios y prendas de vestir de sus compradores son exclusivos.
El lugar es en forma rectangular y posee dos entradas, allí sus productos son exhibidos ordenadamente en cada una de las esquinas, en la puerta, incluso en el techo en el cual se muestran grandes lámparas. Su piso parece un espejo y al fondo en vidrio, se encuentra la llamada caja.
La señora quien desprende un aroma suave y dulce, observa con detenimiento la sección de joyería y pasados algunos segundos señala con su dedo índice, el cual posee un gran anillo brillante que encaja con su collar y pulsera, una de las joyas mientras una de las vendedoras corre el vidrio para atrapar en sus manos delgadas, unos pendientes de color dorado, de oro. Se dirigen entonces, hacia la caja para cancelar el producto, pero en ese recorrido la señora se detiene, su mano derecha se levanta para atrapar el brazo de la vendedora y la guía hacia una de las vitrinas donde hay cámaras digitales, electrodomésticos, computadores portátiles, entre otros aparatos tecnológicos.
Al pasar varios minutos, la señora habla por su celular y al terminar la llamada, le dice a la vendedora que con la cuenta de los pendientes le sume los costos de una grabadora y una cámara digital a lo que ella acata y se dirige a la caja para facturar los productos. En ese momento la señora sale y al cabo de unos minutos vuelve a ingresar, pero en esta ocasión se encuentran con algo de prisa, se dirige a la caja saca el dinero en efectivo y cancela el total.
Muy alegra, la vendedora agradece la compra de la señora, la cual sale del lugar y se dirige al automóvil que la esperaba frente a Todo hogar, nombre del almacén. Detrás de ellas sale un señor con gafas oscuras y de gran estatura con unas cortinas, después un joven quien acababa de adquirir un Iphone y se sube en su moto para abandonar las calles, por último se despide otro señor que en una camioneta Lux, ubica una lámpara. Se despide del dueño del lugar y abandona la escena.
¿En qué le puedo colaborar joven?, escucho decirle a un vendedor del almacén – ¿ya se decidió? No gracias, ¡yo vuelvo más tarde!
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