Creyendo que podía ser peor, o más difícil, una cita con uno de los concejales, pues una mujer me había dicho que eran dificilísimos encontrarlos, ahí estaba, con la opción de elegir a alguno que quisiera, no parecían tan crudos ni tan políticos, sino como cualquier otro trabajador. Se encontraban reunidos charlando, parecía, que de un tema cotidiano, pero tenían cierto rostro de preocupación. Me hicieron seguir, ante ellos me sentí intimidada, pero no por su cargo precisamente, pues los asimilaba como normales, ya que se hallaban vestidos corrientes, hasta desarreglados, no con saco como máximo podía creer, sino que todos me miraron, y siempre tengo la leve sensación de ser el centro de atracción en casos como esos, y que me van a “coquetear” como lo hacen algunos viejos verdes que no son muy lejanos a ellos en su aspecto físico, excepto porque seguro estos eran concientes de su estatus y no podían caer en impresiones que no les favorecieran. A continuación me preguntaron a cuál de ellos necesitaba, dije que a cualquiera, supongo que debió ofrecerse aquél que creyó mi visita para otra razón, percibí otra vez la sensación de que el tipo quería hablar conmigo, “como quien dice, esta chica es interesante” . Finiquitando el inicio de algo que no era el objetivo, procedí a presentarme, nos sentamos y le arroje secamente mis preguntas, claro, después de intentar ser “amable y dulce” con alguien que en ese momento necesitaba, igual la cuestión no duro mucho, el tipo se notaba afanado y sin embargo, me atendió.
Su nombre es Wilson López, concejal del partido liberal, que se encarga del control político y de liderar proyectos para la comunidad, “haciendo de Caucasia, -como todo los políticos afirman- un lugar más cómodo para vivir”.
Las propuestas que en su candidatura lleva son en referencia a los problemas de la salud, la educación, la tercera edad, y la juventud quien, dice, es la que más padece.
Ha participado de la aprobación del proyecto de Subregiones, en lo concerniente al establecimiento del agua potable, saneamiento básico y planes de choque (cambio y reposición de tuberías). Además, de los mejores proyectos que ha liderado, según él, son los de construcción y mejoramiento de viviendas. También cuenta que hace partícipe a la comunidad de los procesos que se llevan, a través de los debates y reuniones.
Y posteriormente, le hago la pregunta que no podía faltar, sobre la violencia, a lo que responde que “debido a los muchos desmovilizados que habitan Caucasia se crean inconvenientes de trabajo, por el desempleo, la falta de inversión social y las posibilidades de laborar, ‘por eso muchos que no tienen qué hacer piensan en hacer cosas malas”, asegura.
Después de la pequeña entrevista me alegré de salir con la satisfacción de tener un pequeño contacto, con al menos, alguien de ese rango.
Zalma Salcedo
Bajo Cauca
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