VIAJANDO HACIA UN FUTURO

Juntos íbamos rumbo a su apreciado Municipio El Santuario (Antioquia), donde habita por más de 18 años. Cristian siendo un joven muy dedicado a su estudio y deseando cumplir sus metas como comunicador social- periodista, diariamente emprende su largo camino hacia su segundo hogar, donde recibe las pauta que le ayudaran a realizar aquellas metas propuestas.
Mientras se dirige de su casa al carro que viaja hasta el Municipio de Rionegro, se encuentra con algunos de sus conocidos como: Don Augusto, el señor de la tienda, donde precisamente debe cierta cantidad de dinero de algunos fiados, y con doña Marina, quien trabaja en el almacén “Fashion Sport” ubicado una esquina antes del cuadradero de las busetas hacia Rionegro.
Al llegar a dicho cuadradero, alza su cabeza como gesto de saludo hacia los conductores que allí se encuentran, por lo que ya es distinguido por el viaje de diario.
En el viaje aproximadamente de 45 minutos, el cual lo hace valioso y lo aprovecha para ir leyendo y pensando en trabajos de su estudio, ¡claro está! No sobra el momentico que aprovecha para pegarse una pestañadita.
No dando por terminado el recorrido llega a Rionegro y se dirige por una de las calles más comerciales del Municipio, como lo es la calle del Sena, la cual queda por el centro comercial El Colonial, llegando así al parqueadero de buses del Municipio de la Ceja, donde emprende de nuevo viaje, pero esta vez ya por fin se dirige directamente a ese su hogar de futuros anhelados.
Un poco ya agotado pero con muchas expectativas de aprender y de saber que le enseñaran en el día, continua su rumbo y por supuesto saca ganancia de este tiempo y se dedica a descansar un poco durante el transcurrir del viaje, cerrando sus ojos y yéndose hacia un mundo imaginario.
Quizás su mundo sea el que tiene ya planeado para triunfar como comunicador y periodista, o sea simplemente aquel que se nos impregna de repente sin tenerlo en mente.
Ya habiendo transitado por varios municipios, y habiendo pasado ya tanto tiempo desde la salida de su casa, por fin llega a su albergue, el cual lo acoge con abrazos y buenos saludos de sus compañeros.
Habiendo alcanzando llegar al tan anhelado hogar, luego siente que este se va convirtiendo en una tortura al final del semestre, sin embargo orgullosamente disfruta de su estadía allí, y hace de su extendido viaje un espacio para encontrarse consigo mismo.